La Admiración

Aristóteles inicia La Metafísica afirmando el “deseo” natural del hombre por saber. Y más adelante afirma que ir en busca de una explicación y admirarse, es reconocer que se ignora. Aparecen aquí unos elementos que ayudan a la mejor comprensión de lo que es un filósofo: admirarse y reconocer que se ignora. He aquí un primer camino para entender la esencia de la filosofía, y por tanto la verdadera labor del filósofo.

El hombre piensa, eso es lo propio de él: un pensar que es conocer. Pero el conocer es secuencial y gradual. Esto quiere decir que no sólo se conoce y ya, sino que cabe ir a más. Por una parte un conocimiento es apertura para otros conocimientos (secuencialidad); pero por otra parte hay una profundización en el conocer: sensible à generalizador à intelectual-esencial à metafísico… por citar algunos. Parte de este proceso de conocer es advertir algo oculto allende al primer conocer. En este momento, que se suele denominar admiración, no se conoce qué sea lo oculto, sino que existe algo oculto.

Lo oculto se muestra como enigmático ante la inteligencia. Está allende lo sensible y lo útil. El advertirlo le corresponde a la razón; sin embargo, el advertirlo no es conocerlo. Advertir es reconocer que se ignora algo, que hay algo que está oculto, que permanece en silencio ante el hombre. Eso oculto es lo enigmático. Precisamente la verdad alude a esto. Para los griegos la verdad (aletheia) era un desocultar (a: no; lethos: ocultos), lo verdadero era lo que se desocultaba y dejaba de estar oculto.

Debe recordarse que el inicio histórico de la filosofía, que se da con Tales, se inicia con la búsqueda del fundamento de la realidad. Está allí, aunque de modo embrionario, la distinción entre el fundamento de lo real y lo real en tanto que apariencia: Fundamento y Apariencia. Lo oculto es el fundamento y lo de mayor importancia. Tales buscó el fundamento de la realidad; pero ¿por qué con Tales se inicia la filosofía? ¿No hubo antes intentos de asir el fundamento? Aristóteles parece dar a entender que así fue, pues al hablar de Tales dice: “Tales, iniciador de tal filosofía, dice que es el agua (y por ello también manifestó que la tierra está sobre agua), tomando, tal vez, dicha suposición de la observación de que el alimento de todas las cosas es siempre húmedo y que el calor mismo surge de éste y vive por éste (aquello de donde las cosas nacen es el principio de todas ellas) Por eso llegó a esta suposición y porque las simientes de todas las cosas tienen naturaleza húmeda y el agua es, para las cosas húmedas, el principio de su naturaleza. Pero algunos consideran también que los más antiguos, muy anteriores a la generación actual y primeros en hablar sobre los dioses, pensaron así sobre la naturaleza. Hicieron, en efecto, a Océano y Tetis padres de la generación”.

Ese intento de explicación –anterior a Tales- al que alude Aristóteles es el mito. ¿Qué es el mito? Es un intento de explicación de la realidad desde el pasado. Lo propio del fundamento –desde la visión mítica- es que fundó en el pasado. El sentido de la realidad es el pasado que fundó, el presente no es más que presencia de lo pasado y no cabe futuro de modo amplio; pues no cabe novedad, todo ya está fundado. La novedad supondría una nueva fundación, un nuevo fundamento, que anularía lo anterior, esto era inconcebible. De lo mítico surge lo mitológico: Recuérdese el afán de Virgilio de darle sentido al presente de Roma a través de la búsqueda del fundamento en el pasado (Eneas). Lo pasado es lo importante, lo pasado es lo realmente real. El presente no es más que apariencia.

El mito es, pues, un primer intento de alumbrar lo enigmático, de quebrar su silencio. Cada mito responde a un enigma, es un intento de alumbrarlo y desocultarlo; pero así como ciertas luces de colores al alumbrar las cosas revelan ciertos detalles y ocultan otros. El mito, revelando muchos aspectos del enigma, mantuvo su núcleo en oscuridad, de allí que los mitos tengan un valor sapiencial; pues el mito es producto del asombro del hombre ante el enigma. Asombrarse implica cierto sobresalto que conlleva al apresuramiento.

Piénsese por ejemplo en el niño que se asombra ante un mago, este niño cree que este puede sacar conejos de su sombrero… y no está equivocado pues ciertamente el mago saca conejos de su sombrero; pero no como el niño cree. Igual sucede con el mito, tiene un núcleo veritativo… pero este núcleo no coincide con el núcleo ontológico que oculta el enigma.

Existían antes de Tales otras formas de abordar el tema del fundamento. Una de ellas es la magia. ¿Cuál es el fundamento de la magia? La palabra, pero la palabra en tanto que pronunciada. El fundamento es externo a la realidad y es instante. La palabra conjurada funda, pero funda en el instante en que es pronunciada. El fundamento es el instante en que es pronunciada esa palabra, y una vez pasado el instante el fundamento deja de fundar, ya fundó y se vive a la sombra de la palabra; por lo menos hasta que se pronuncie otra nueva palabra. Un contraconjuro es una refundación. ¿Cómo es posible? Porque el fundamento es extrínseco a la realidad; pero no la trasciende, por lo tanto es en cierta forma débil.

¿Qué es lo que estaba proponiendo Tales con su arjé que lo alejaba de los mitos, de la magia? El descubrimiento de Tales esta en que el fundamento es intemporal. Pues el arjé es a la a) vez el origen de todas las cosas; b) el término último de todas las cosas c) el respaldo de todas las cosas. Es decir, el fundamento no se hunde en el pasado, tampoco es algo que pueda estar en el presente o futuro pero amenazado de verse reducido en algún momento en pasado. El arjé no es un momento. El arjé es lo intemporal, lo que no es mordido por el tiempo. El fundamento por lo tanto está fundando, pero no cambia sino que es siempre el mismo, es siempre presente, es constante presencia.

Resumamos lo dicho hasta ahora: La filosofía es la búsqueda y encuentro con la verdad, pero no con cualquier estado de la verdad -no hace falta la filosofía para alcanzar verdades técnicas, ni verdades del mundo cotidiano- sino con la verdad del fundamento. Ahora bien, a diferencia de la comprensión del fundamento desde el mito –que es pasado (fundó)- y desde la magia –que es instante presente (funda y ya)-, la filosofía descubre el carácter intemporal del fundamento (está fundando). Por lo tanto la actitud será distinta:

MODO SAPIENCIAL

TEMPORALIDAD

ACTITUD

ENCUENTRO

Mito

Pasado

Escucha

Memoria

Magia

Instante Presente

Aprendizaje

Acción

Filosofía

Presencia Intemporal

Admiración

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