Desvarios de un kantólogo I

Si una sociedad no logra establecer un orden civil, será una sociedad bárbara, salvaje, no importa su desarrollo material (cultura de la destreza); pues todo ese desarrollo material encierra una instrumentalización del hombre. Kant señala esto al comparar el salvajismo instrumentalizador de los salvajes americanos y los europeos:

“La diferencia entre los salvajes europeos y los salvajes americanos consiste fundamentalmente en que muchas tribus americanas han sido devoradas totalmente por sus enemigos, mientras que las tribus europeas se aprovechan de sus derrotados mejor que aniquilándolos, prefiriendo aumentar el número de súbditos con lo que aumentan también la cantidad de instrumentos para guerras futuras”.

Como puede notarse en el ejemplo, el salvajismo violento de los americanos ha sido reemplazado por un salvajismo instrumentalizador por parte de los europeos, quizá menos violento pero no por ello menos injusto. O en un escenario distinto, quizá nos parezca lejana las épocas de la esclavitud que reducía a un grupo de personas a la categoría de propiedad del otro; pero en muchos ámbitos se vive una esclavitud cosificadora que si bien reconoce que la persona no es una propiedad o mejor dicho que reconoce que la persona es dueña de sí, es dueña de una pura función que vende en el mercado empresarial. Es decir, es un algo intercambiable y por ende una cosa en sentido kantiano.