La comprensión de la felicidad del hombre -según Aristóteles- pasa por clarificar la función del hombre. Es decir, responder a la pregunta por cuál sea la funcion que le es más propia. Así como lo propio del flautista es tocar la flauta, y la del escultor el esculpir. Sin embargo, esta comprensión de la felicidad se mueve en el plano de la naturaleza, pues preguntar por la función es preguntar por la operación y en últimas por la facultad más propia. Por eso Aristóteles desecha la busca de la felicidad en la alimentación, crecimiento, pues son funciones «común al caballo, al buey y al resto de los animales». Pero la facultad es dispuesta por una persona, pues como señala la manualística no es el ojo el que ve o la inteligencia la que entiende; sino la persona que ve a través del ojo o entiende a través de la inteligencia. Por lo tanto, la felicidad ha de entenderse no solo desde la función, sino también y sobre todo desde el origen y destino de esa función. A eso se llama vocación.
3 thoughts on “Apuntes sobre la felicidad hechos en una servilleta”
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Vocación…
¿Estarás la semana que viene en casa? Creo que tengo una «crisis vocacional» y sé que tú puedes ayudarme con esto.
Te quiero, amigo.
Ya lo creo. Vocación, vocación. Debería dársele más relevancia a esta palabra en la vida y en la educación. A veces creo que muy pocas personas buscan el sentido de sus vidas desde ese detalle y en consecuencia no llegan a ser felices. Pero también sucede que algunas, conociendo su vocación no son felices, pues no la correspoden, Aunque la vocación no sea sinónimo de felicidad absoluta, si la determina en gran parte.
Angelita, mi niña, estaré para fiestas patrias en Piura.
Erika, pues ciertamente no se le da mucha importancia y hasta se le ha llegado a confundir con la profesión. Así, los psicólogos modernos son capaces de decirte tu «vocación» aplicándote un test en el que registran -a lo ibm- tus capacidades y aoptitudes (o dicho en buen cristiano: aquello para lo que eres socialmente útil). Quién conoce su vocación está llamado a entender en qué consiste su felicidad; quien la confunde con su profesión está pronto a tener una confusión existencial.